Identidad y subjetividad: construcción de estructuras morales en Deleuze y Hegel

Abstract

El caleidoscopio vital que muestra las tonalidades componentes del ser humano en el siglo XXI está atravesado por una palabra fundamental: crisis. Crisis ambiental, crisis económica, crisis laboral, crisis personal, crisis de violencia, crisis del sentido. Vivir a principios del siglo XXI es vivir en crisis, es estar constituido por la mayor capacidad expresiva de posibilidades, uno “puede decidir” con qué operadores e interlocutores quiere relacionarse, es capaz de adherirse a nodos informáticos que respaldan cualquier idea o forma de vida; en esta época ser múltiple ya no es ciencia ficción, es la realidad cotidiana de todos aquellos con acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, podemos despertarnos pensando en la cultura más lejana del mundo e irnos a dormir cobijados con la voz de nuestra madre aunque esté asentada al otro lado del planeta. Aun con la inmensidad de opciones que se nos presentan estamos en crisis porque tener opciones no implica saber cómo vivir en medio de ellas, porque tener más posibilidades de decidir nos vuelve más “responsables” de lo que elegimos, porque ver las “opciones” no implica que estén a nuestro alcance, porque pese a la oferta de posibilidades los operadores con los que nos relacionamos son extremadamente limitantes.