Resumen: | Es prácticamente un lugar común señalar que todo acto de conservación supone, también, un acto de eliminación, un reacomodo completo de lo dado y por lo mismo una construcción. Conservar es también hacer, decidir, optar y elegir; por ello, simplemente, todo acto de conservación requiere un intento de reflexión tanto ética como política.
En el ámbito profesional en el que me muevo –la investigación histórica– entiendo la reflexión como una forma de tomar distancia de nuestro presente a partir de “viajes” o “paseos” por otros tiempos. Más que pasear por espacios históricos que habitan el presente, los historiadores tenemos el extraño gusto de introducir ausencias y vacíos en el presente con el fin de sacudir nuestras certezas, de historizar nuestra presente condición histórica. |