Teatro canero : hacia una configuración cultural penitenciaria

Abstract

El artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reformado por última ocasión en 2010, expresa: “El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción social del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley”. Pero la corrupción y la sobrepoblación han provocado que no solo no se cumplan los objetivos de la institución penitenciaria, sino que se generen prácticas al margen de ella, dando pie a toda una ordenación que he denominado Configuración Cultural Canera.1 Se denomina de este modo porque está atravesada por la cana [cárcel],2 como es llamada por los que viven en ella. Considero importante nombrarla así para pensarla más allá de lo institucional, de lo jurídicamente establecido. Por lo tanto, lo canero [relativo a la cárcel] atraviesa todas las actividades que se desarrollan en ella y de este modo puede hablarse de una Configuración Cultural Canera generadora de un teatro canero, que obedece a necesidades prácticas de la vida en reclusión más que al fin de la institución penitenciaria, que es la reinserción del preso a la sociedad, una vez que cumpla su condena o que esta se suspenda en beneficio suyo.